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EJERCICIOS DE KEGEL-- MEJORA TUS PAREDES UTERINAS



Ejercicio Kegel número 1:

Haz de cuenta que quieres detener la orina y contrae los músculos, tirando de ellos hacia arriba.
Mantenlos apretados por 5 segundos y luego libéralos respirando suavemente. Repite el ejercicio 10 veces.
En la medida en que se fortalecen puedes incrementar el número de segundos de contracción hasta llegar a los 20.

 Ejercicio Kegel número 2:

Contrae y relaja los músculos lo más rápidamente que puedas hasta que te agotes o hayan pasado por lo menos 2 minutos. Incrementa el tiempo hasta alcanzar los 10 minutos.
Accesorios sexuales como las bolas “Hold On To Me” $39 te permiten realizar estos ejercicios y funcionan como pesas que ayudarán al desarrollo y tonificación de la zona muscular interna de tu vagina.

 El ascensor
Este ejercicio requiere cierta concentración, pero sus resultados son muy buenos. Tu vagina es un tubo muscular con secciones en forma de anillo dispuestas una sobre otra. Imagínate que cada sección es una planta diferente de un edificio, y que subes y bajas un ascensor tensionando cada sección. Empieza subiendo el ascensor suavemente hasta la primera planta, aguántalo durante un segundo, y sube hasta la segunda planta. Sigue subiendo tantas plantas como puedas (normalmente no más de cinco). Para bajar, aguanta también un segundo en cada planta. Cuando llegues abajo, intenta ir al sótano, empujando los músculos pélvicos hacia abajo durante unos segundos (tal y como si estuvieras de parto). Finalmente, intenta relajar por completo la musculatura durante unos segundos. Sobre todo, no te olvides de respirar pausadamente y de no realizar el ejercicio con ayuda de los músculos abdominales.

La onda
Algunos músculos del suelo pélvico están dispuestos en forma de un ocho, pero con tres anillos. Un anillo se sitúa alrededor de la uretra, otro alrededor de la vagina, y el último alrededor del ano. Contrae éstos músculos de delante a atrás y relájalos de atrás a delante.

Haz estos ejercicios tantas veces como puedas al día. El objetivo es conseguir realizarlos sin que se noten. Cuando empieces a realizarlos, pueden parecerte incómodos y raros, pero pronto verás que podrás llevarlos a cabo sin que los demás se den cuenta.

Al principio, al practicar el ejercicio lento, puedes notar que los músculos no quieren mantenerse contraídos. También es posible que te canses enseguida con el rápido. Pero si perseveras, verás que en pocos días no te supondrán ningún esfuerzo.



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